Hay muchos universos, pero pocos tan completos, y aún funcionando, como el de Dragon Ball. A 30 años de su creación repasaremos las historias que se desenvuelven en una Tierra diferente. Un planeta en el que los animales conviven con los humanos, las casas caben en una cápsula de bolsillo y el control de nuestro ki nos permite volar o lanzar ondas de energía. Bienvenidos al hogar de Goku.
Es bastante conocido que Akira Toriyama, el autor de este manga, se inspiró en la clásica historia china Viaje al oeste, en la que un viajero conoce a varios seres fantásticos, incluído el rey mono Sun Wukong, que sirvió de inspiración para Son Goku.
A partir de Viaje al oeste, Toriyama publicó en 1983 una historia corta llamada Dragon Boy, en la que un chavalín de aspecto setentero y enorme habilidad para las artes marciales se encontraba con la “precursora” de Bulma, aunque la primera versión de ésta tenía un aspecto mucho más oriental.
Dragon Boy apenas ocupaba unas páginas, pero ya tenía la base aventurera, mágica y humorística que caracterizaría los primeros años de Dragon Ball. De hecho es posible ver en ella la arquitectura o los escenarios de ésta…
Ya en 1984, dio comienzo en la revista Shonen Jump (en concreto, en su número 51) la serialización de Dragon Ball. En un principio era una serie más, cuyo único incentivo era estar firmada por el mangaka que había dibujado Dr. Slump. Sin embargo, pronto comenzó a hacerse más y más popular, hasta que estalló la revolución con la serie de TV, que se estrenó en 1986 en Japón. A lo largo de toda la obra, Toriyama ha mezclado posos de las culturas oriental y occidental. Casi es tan apasionante seguir la historia como descubrir las bromas internas y referencias que esconde la historia.
Veamos un par de ejemplos: la saga de Cell está claramente inspirada en Terminator, con una Bulma del futuro que homenajea a Sarah Connor. Por otro lado, ¿sabéis de dónde viene el nombre de kame-hame-ha? Aunque sus kanjis vendrían a significar algo así como “onda de la tortuga”, fonéticamente es una referencia al emperador Kamehameha, que unió las islas de Hawaii en el siglo XVIII. Ahora os explicáis las camisas floridas de Mutenroshi, ¿verdad? Gohan significa “arroz blanco”, Babidí y Bu provienen de una canción de La Cenicienta… Hay curiosidades como para parar un tren.
En Dragon Ball existe un entorno muy completo y bien definido. Según la guía oficial Dragon Ball Landmark, éste es una especie de esfera. En la mitad inferior de la misma está el plano de los mortales, el llamado Universo, que se divide en las galaxias del norte, sur, este y oeste. Es aquí donde encontramos la Tierra o el planeta Namek, por ejemplo. La mitad superior está separada de la inferior y se corresponde con el Cosmos, donde habitan las almas de los muertos y los dioses. En la parte más baja de éste encontramos el Infierno, en el centro están el palacio de Enma (donde se juzgan las almas de los que acaban de morir) o la casa de Kaioh y en la parte superior está el Cielo. Si tenemos en cuenta todo el entorno de DB, encontramos gran cantidad de planetas interesantes:
Hay muchos otros planetas, pero queremos pasar a comentaros algunas de las “normas” que existen el Dragon World. Está todo bastante bien atado:
Estas normas más “serias” se mezclan con la desbordante imaginación de Toriyama en esa etapa. Nos presentó un mundo en la que todo tenía cabida: los piratas usaban robots para protegerse, los dinosaurios paseaban por el campo, las naves voladoras nos llevaban de una metrópolis futurista a una aldea que parecía sacada del Japón medieval… En general, son la cultura americana, china y japonesa las que conforman principalmente el grueso del imaginario dragonballiano.
Aquí listaremos algunos de los más relevantes.
También deberíamos hablar de Ten Shin Han, Freezer, Cell, Buu, Goten, Trunks o el propio Mutenroshi, pero entonces no acabaríamos nunca. ¡Esta historia está llena de personajes geniales!
El éxito de Dragon Ball se esparció por todo el mundo gracias, sobre todo, a la serie de TV. Ésta seguía la historia principal del manga, pero añadió varias tramas de relleno, como la de Garlic Jr. o la de los entrenamientos de Goku entre los torneos de artes marciales. Además, se han lanzado 18 películas y 4 especiales de televisión, que sirvieron para presentar personajes inéditos en el manga como Broly o Boujack, además del propio Garlic.
Estas diferencias, unidas a la censura, las diferencias en los inicios de emisión y los caóticos doblajes a los que fue sometida la serie en todo el mundo sirvieron para que los fans no acabaran de tener claro el transcurso de la historia y los rumores sobre cada nuevo personaje formaran parte de la “salsa” de Dragon Ball durante los años 90. ¿Krilín con armadura saiyana? ¿Un nuevo guerrero con el pelo morado? ¿Qué estaba pasando?
Los videojuegos no tardaron en llegar a Japón (el primero salió en 1986 para Super Cassette Vision), aunque sí se hicieron de rogar más en España: hasta Super Butouden de Super Nintendo, allá por 1993, no pudimos controlar a Goku. Sin tener en cuenta versiones, ya se han lanzado unos 80 juegos diferentes de Dragon Ball, que abarcan desde el rol hasta, lógicamente, la lucha. Los de Super Nintendo son recordados como clasicazos gracias a que fueron los primeros que cató la mayoría del público (al principio, pagando auténticos pastizales por las versiones de importación), pero la saga volvió a coger brillo gracias a la llegada de los Budokai a PlayStation 2 (y, más tarde, a otras consolas). En nuestra opinión, el mejor equilibrio se consiguió con Dragon Ball Z Budokai 3, aunque es loable el esfuerzo por innovar que hubo en los posteriores Budokai Tenkaichi. En la actualidad, los juegos no paran de decepcionar a los usuarios, hasta el punto de que se tocó fondo con Dragon Ball Z for Kinect. ¿Logrará alcanzar la redención el próximo Battle of Z?
El manga conoció un antes y un después de Dragon Ball, eso es evidente. Montones de mangakas reconocen su influencia directa de la serie, como Masakazu Katsura (I”s, Zetman) o Masashi Kishimoto (Naruto). El propio Toriyama ha usado sus personajes en otros mangas como Nekomajin o en el crossover Cross Epoch con one Piece. Además, a lo largo de los años se han sucedido los homenajes y parodias, como este de Yoshio Sawai, que metió a los alocados personajes de Bobobo en un tronchante combate.
Su influencia se ha notado en películas, series y, cómo no, videojuegos. Está claro que Toriyama metió mano en esas super transformaciones que lográbamos al avanzar lo suficiente en Dragon Quest VIII, ¿no? Por otro lado, Yuji Naka, uno de los creadores de Sonic, no tiene reparos en reconocer que le encantaba Dragon Ball y que de ella tomó la inspiración para Super Sonic. Bueno, era bastante evidente, Naka-sama.
En Japón e incluso en la reciente Japan Weekend de Madrid se han organizado multitud de exposiciones dedicadas a este universo, 18 años después de que el manga haya tocado a su fin.
La imaginería de Dragon Ball excito la imaginación de millones de niños, que calcaban de la tele las poses más chulas o se inventaban nuevs transformaciones para sus personajes. ¿Cuántos peinados y tintes de pelo diferentes habrá tenido el bueno de Son Goku? ¿Cuántas peleas por saber si se decía onda vital o kamehameha habremos tenido en el colegio? A partir de Dragon Ball se han creado raps, películas de imagen real que es mejor olvidar o montones de fan films.
Y es que Dragon Ball se adelantó a su tiempo. Goku, con el Genkidama, inventó el crowdfunding mucho antes de que estuviera de moda…
Y los saiyanos se adelantaron años a Google Glass con su scouter. Tampoco tiene tanto mérito, Google…
Copia de un post de www.hobbyconsolas.com por Daniel Quesada